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Análisis del riesgo con ISO 9001:2015

Para proceder a la identificación y posterior análisis de riesgos, normalmente la metodología a la que se recurre es el Modelo de Fallos y Análisis de Efectos, también conocida como AMFE. Se realiza una evaluación para llevar a cabo una identificación de los errores que pueden darse en el proceso o en el producto final y para conocer el nivel de criticidad de estos riesgos, para terminar por decidir cómo actuar. Aunque parece algo muy obvio, la teoría es muy fácil pero la cosa se complica cuando hay que llevarlo a la práctica.

En la metodología AMFE, tienen lugar cuatro pasos:

1. Identificación de riesgos
A través de reuniones en las que participan los trabajadores relacionados con el Sistema de Gestión de la Calidad y que cuentan con los conocimientos necesarios, se realiza una lluvia de ideas para citar los problemas que cada uno ha identificado.
Por ejemplo, el proceso que implica la utilización de un martillo tiene asociado varios riesgos, entre los que podemos mencionar que el mango se rompa, que la cabeza se separe de la empuñadora, etc.

2. Evaluación de riesgos
Es necesario conocer lo importante de cada riesgo y para ello se precisa de una evaluación. De ahí detectamos que hay ciertos elementos que influyen en la probabilidad de que dichos errores se produzcan, en su severidad o en la oportunidad de que sean detectados.

3. Clasificación de riesgos
Existen numerosas clasificaciones, pero principalmente los riesgos los vamos a clasificar como aquellos que pueden ser aceptados por la organización y los que no.

4. Determinación de medidas
Una vez identificados todos los riesgos a los que está sometida la organización, ya se puede determinar sin problemas el modo de proceder para dar una solución. Como opciones para tratar un riesgo podemos contemplar la de reducir el riesgo, eliminarlo o simplemente no hacer nada. Esta última suele producirse cuando la probabilidad de que ocurra dicho riesgo es demasiado baja y su solución sencilla.

¿Por qué utilizar AMFE?

• Es muy sencilla de emplear
• Garantiza resultados fáciles de establecer debido a su aceptabilidad
• Establece un marco para asignar diferentes recursos a la minimización del riesgo

Es muy importante definir un ranking de los riesgos, así se verá de un modo sencillo cual es el más importante y por lo tanto, el que primero se debería abordar.
Vamos a ver un ejemplo: Si un riesgo presenta una probabilidad baja, severidad alta y detección baja, la clasificación numérica para este riesgo puede ser bajo aunque debido a la severidad del riesgo, se decida adoptar una medida.

Como indicábamos al comienzo del artículo, la metodología AMFE es una de las posibilidades que las organizaciones pueden emplear para realizar un análisis del riesgo, pero se puede emplear cualquier otro, siempre que le resulte útil y sobre todo eficiente. En la norma ISO 9001 solo se especifica la necesidad de realizar un análisis de riesgos pero no obliga a utilizar una metodología en concreto.

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